FERRER DIEZ, MARIA
El pueblo Astur se dividía en cismontanos y transmontanos según los textos clásicos; los primeros habitaban las tierras más cercanas al río al que deben su nombre: Astura, mientras que los segundos ocupaban el territorio que se extendía entre la Cordillera y la costa cantábrica, entre las poblaciones cántabra y galaica. Con este libro el lector podrá adentrarse en la vida, costumbres y creencias de estas gentes en base a los textos antiguos pero apoyándonos en las investigaciones arqueológicas, con cuyos resultados podemos dilucidar la historia de este pueblo tan complicada de conocer por falta de restos arqueológicos tan relevantes como las necrópolis, fundamentales para el estudio de una sociedad. Sin embargo, a pesar de esta importante carencia contamos con los vestigios de sus viviendas, almacenes, murallas, objetos personales, de labor, restos de su alimentación, etc. La Arqueología, además, nos ofrece pruebas de los contactos que mantuvieron los Astures con otras poblaciones, incluso estando tan alejadas como por ejemplo los fenicios de Gadir (Cádiz), y nos ayuda a conocer aspectos relacionados con sus